martes, 27 de agosto de 2013

Otro tipo de deseos.

Ah, ahora estoy más descansada. ¡Y qué semana más maravillosa!
Conocí recientemente a este señor, le entendí algo de que era sellador, senador, semántico, algo por el estilo. Me dijo que era una mujer muy bella, y que haría realidad todos mis deseos. Con la condición de que yo hiciera realidad sus deseos… Otro tipo de deseos. Carnales.
¿En serio?
Mis deseos fueron:






Bolso Chanel. $3,900.


Vestido de Gucci. $22,000
Abrigo de Versace. $34,957

Vestido de Saint Laurent Paris. $5,370.
Abrigo de Fendi. $44,998
¡Nuevos Loubis! $6,395

Total: $117,620

Ps. Él también consiguió lo que quería. De cierta manera. En verdad, nada.

sábado, 24 de agosto de 2013

“Digo, ¡por Dios! ¿Es que la gente ya no sabe qué vestir?"

Hoy decidí salir con las mismas hipócritas de siempre que sólo se quejan de lo mismo de siempre, y a mí me dan ganas de tirarles el trago encima. No me interesa su amistad ni sus novios ni cuántos kilos perdieron, ¡Cómprenme mi Margarita, que tengo sed! Digo, si quieren hablarme de sus dramas mejor vayan al psicólogo, que yo no estoy para ustedes. Deberían de quedarse encerradas en sus casas como las asociales que son y dejar a la gente que sí sabe divertirse (Y vestirse) hacer lo que saben hacer. ¡Dios, hasta sus vestidos están espantosos, todos last season! Yo, en cambio, iba con mi hermoso vestido Hermés nuevo, mis hermosos Loubis, Marc Jacobs, Cartier y Chopard. Porque yo sí me doy a respetar.

Pero eso no es lo peor, no.
De repente viene este horror al club, la mujer más obesa que he visto en mi vida, vestida como una pseudo-yo. Digo pseudo porque no me llegaba ni a los talones. Su vestido estaba horrible, seguramente lo había comprado en Zara o una de esas tiendas de cuarta. Sus zapatos parecían comprados en una barata, igual que su bolso, muy wannabe Balenciaga. ¿Se habría perdido? Aquí no se acepta gente como ella.

Simplemente, decidí acercarme a ella, como la dama agraciada que soy, decidí irme sin las mujeres con las que supuestamente vine, pero no sin pasar junto a la gorda de pacotilla y musitar a su oído: "A mí me queda mejor." Reí y me fui a mi apartamento en SoHo.

Y entonces caí en cuenta de que estaba muy borracha.
Si estuviera sobria, ella habría terminado en el hospital.

jueves, 22 de agosto de 2013

Me llamo Miranda. Soy una diseñadora de modas. Vivo en Nueva York.

Decidí empezar este blog para contar la manera en que me inspiré en la colección para la temporada Otoño/Invierno 2013-2014 de mi propia marca. Me inspiré en mi propia vida, mi propio diario, en cómo me transformé de ser egoísta, manipulador, consumista, una mujer light, a una mujer positiva, consciente de quién soy y adonde voy. Cómo pude cambiar para mejor. Cómo ahora soy yo.

Ésta es mi historia.